Tedoo cu Brad Florescu

¡Hola! Soy yo, un Pakmeng.

Pakmeng ofrece una combinación excelente de maravillas naturales, cosas que hacer, infraestructura y servicios. Hay suficiente silencio para pensar y, a la vez, suficiente movimiento para no morirte de aburrimiento. Vamos a ver cuáles son estas, una por una.

Días: 23-26
Kilómetros recorridos: 2150
Lugar: Pakmeng, provincia Trang

En mi top personal de los sitios más adecuados para pasar unos años sabáticos, Pakmeng está en el segundo lugar, después de Koh Phangan.

Muy pocos farang vienen a Pakmeng y los que vienen lo hacen solo para coger un barco hacia las islas paradisiacas de la zona. La playa está vacía  de lunes a viernes y apenas el fin de semana se anima un poco. Viene gente de Trang para picar algo y tomar una cerveza.

Pakmeng ofrece una combinación excelente de maravillas naturales, cosas que hacer, infraestructura y servicios. Hay suficiente silencio para pensar y, a la vez, suficiente movimiento para no morirte de aburrimiento. Vamos a ver cuáles son estas, una por una.

De ver y de hacer

La playa en si es una maravilla, con arena color ceniza y suave, con rocas e islas que rompen la monotonía del horizonte de manera espectacular. En los ambos lados de la isla, hay bosques de mangles cargadísimos de pájaros. En paralelo con la playa, corre un rio perezoso y ramificado, que desemboca en el mar a 2 km más al sur. Se puede ir con la canoa tanto por el rio como por el mar. A un kilometro en el altamar hay una islita completamente vacía.

Ya que hablamos del tema, está bien saber que el puerto Pakmeng es el punto de salida ideal para trasladarte a Koh Kradan, Koh Muk y Koh Ngai, tres de las islas más hermosas de Tailandia. También aquí se hace un buceo de lujo.

A 5 kilómetros norte de Pakmeng empieza el Parque Nacional Chao Mai, una maravilla de la naturaleza de 200 km cuadrados de playas, bosques y archipiélagos. He paseado una tarde entera en Hat Chang Lang y me he ido apenas cuando las sirenas han anunciado que el horario de visita ha llegado a su fin. Desde la entrada en el parque, yendo 12 km hacia el norte, puedes disfrutar de unas aguas termales magnificas que balbucean a 70 grados Celsius.

Infraestructura y servicios

Pakmeng está a 40 km de Trang y a 80 km de Krabi. Se llega súper fácil, por una autovía de 3 carriles. Con “Unirea” he hecho dos horas hasta Krabi, incluyendo una parada más larga para repostar y tomar un café.

Una vez llegado, tienes a tu disposición por lo menos 10 posibilidades de alojamiento, empezando con pequeños bungalows de 350 thb la noche y acabando con el lujoso Anantara Resort Sikao (que, curiosamente, no está en Sikao).

Mi recomendación: Fisherman’s Huts, ubicado al lado sur de la playa. 10 casitas coquetas, con aire acondicionado, televisión, frigorífico, agua caliente, internet wifi incluido. 800 thb la noche y merece cada centavo.

Pakmeng es un paraíso para los amantes de la gastronomía también. Hay restaurantes de sobra, cada uno con su especialidad. Puedes tomar un desayuno budista, un almuerzo musulmán y una cena cristiana. Las especialidades locales son el pescado y el marisco rebozados. ¡Fantásticas! Puedes comprarlas muy barato de los vendedores ambulantes y se disfrutan sentados en la playa, en compañía de un zumo de sandia o una Singha fría. Picnic a la orilla del mar.

Cerveza, cigarrillos, espray anti-mosquitos, chancletas o loción protectora solar, todas estas y mas se pueden encontrar en los mini-mercados. Hay también una tienda abierta 24 horas, a la salida hacia Trang.

Si hay algo que falta en el paisaje de Pakmeng, esa es la vida nocturna. Los restaurantes se cierran como muy tarde a la 11 de la noche y todo el peso de la diversión nocturna cae en la espalda de un bar karaoke pequeño, sórdido y oscuro. Suponiendo que quieres un poco de diversión, prepárate para una sorpresa agradable. El listado de canciones en inglés, que incluye solo 10 canciones, empieza con  “Dragostea din tei” (canción muy famosa en España y en todo el mundo del grupo moldavo Ozone) 🙂

“Alo! Salut. Sunt eu, un haiduc”

Traducción al español de Laura Saracin.

Para más fotos, vez el artículo en rumano.

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